Asunción Picó Tortosa
Perfect

Capitana de la Comparsa Piratas Berberiscos

Silverio Picó (Veri), fue fundador de la comparsa Argelianos y capitán de la misma, al igual que su hijo Enrique, otra de sus hijas: Tere, sería abanderada de aquella comparsa, mientras que su hermano Juan pertenecía a otra de las comparsas emergentes en aquella época gloriosa, los Chumberos.

Pero hablemos de Asunción, otra hija de Silverio Picó, para los que lo que conocimos: el tío Veri. Un mujer de extraordinaria personalidad que heredaba las mismas inquietudes de su padre, el cual aunaba un carácter rudo que dejaba traslucir una nobleza casi indómita. Hasta tal punto que yo sería capaz de creer cualquier iniciativa por atrevida que pareciese de aquella mujer, y a fe mía que lo que nos ocupa fue atrevido en aquella época, ni más ni menos que ser capitana de nuestras fiestas mayores. Pero, permítanme que me sitúe en aquellos años y que amplíe su periplo festero para que todo cuantos no la conocieron, penetren aunque sea brevemente en aquella apasionante personalidad.

En el año 1944 y siendo abanderada su hermana Tere, Asunción ostentaba el cargo de Cop, ejecutando el mismo de forma brillante hasta el punto que su padre se jactaba de que Asunción había necesitado más pólvora que él mismo en su capitanía. No que decir tiene que se trataba de algo absolutamente insólito en aquellos momentos, pero es , además , cuatro años después fue la abanderada de la comparsa Chumberos.

Pero sería en el año 1963 cuando iba a llegar el cenit de su compromiso festero. La comparsa de Piratas Berberiscos se disponía a afrontar la capitanía en el año siguiente, con lo cual iniciaba los contactos usuales en busca de la persona que encarnara tal cargo. Fue entonces cuando aparecía la familia Picó y comunicaba al presidente de la comparsa que uno de sus miembros, Asunción, pretendía salir de capitana del bando moro. Menuda sorpresa y menuda papeleta para aquel presidente y para aquella directiva, en una época donde la mujer era dueña de la cocina, del hogar y poco más. Impensable que una mujer se atreviese a desafiar las convencionalismos sociales hasta tal punto.

No obstante, como era preceptivo, el presidente de la comparsa notificaba tales pretensiones a su junta, así como a la Comisión de Fiestas y al Ayuntamiento, en aquel entonces prácticamente la misma cosa, puesto que el estamento festero era presidido por un concejal. Lo que en principio parecía una petición totalmente descabellada, tras muchas reuniones con su más y sus menos, tras la intervención del curo párroco y alguna autoridad de cierta importancia, pareció ir tomando un aspecto menos dramático y terminaba por aprobarse eso sí dejando claro que se iba a tratar de un caso excepcional.

Años después, en 1982, su hija Susi también salía de abanderada de los Argelianos, el mismo año en el que durante el mes de agosto fallecía el abuelo Veri, repitiendo como abanderada, para dejar constancia de que ella compartía sentimiento festero de esta familia tan especial, en el año 1999.

También otro hijo, Paco, está íntimamente ligado a esta Fiesta, pero en un sentido profesional, ya que se dedica a preparar carrozas y boatos para la misma.

Se pueden decir muchas cosas de Asunción, pero sin duda lo más significativo en estas páginas es que se cumplió con absoluta brillantez el compromiso adquirido, ningún hombre por se tal lo hubiese hecho mejor, y también que se trataba de una mujer adelantada a su tiempo, que no tuvo inconveniente en luchar contra los elementos y contra la rigidez de la sociedad en que vivía. Sin duda, para la Fiesta de Moros y Cristianos marcó un antes y un después, a la postre la misma de nuestro pueblo, reivindicando una serie de libertades que hoy prácticamente son cotidianas y de lo cual yo me congratulo.

Con el recuerdo de esta festera ibense sin igual, Asunción Picó Tortosa, descansa en paz, insigne dama.

VIBAMA

One review to Asunción Picó Tortosa

  1. JOSÉ MARÍA RAMÍREZ MELLADO. Revista Oficial Fiestas (2006)

    Saber cuando las personas enzarzadas en sus cegueras pretenden arrancar el protagonismo al universo y tener la valentía de desafiar al tiempo es privilegio de unos pocos, son lo que abren caminos, son letras capitales en las páginas de nuestra historia.
    Asunción fue una de esas personas, supo cuando su tiempo se le quedaba pequeño y el alba le pedía que no detuviera la mirada en el horizonte.
    En ese caminos de velas, de pequeñas llamas siempre encendidas, Asunción, mujer de cal y carmín, de manzanas y arroyo, escribió de su puño y letra su propia gesta.
    JOSÉ MARÍA RAMÍREZ MELLADO. Revista Oficial Fiestas (2006)

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